jueves, 24 de octubre de 2019

La muñequilla


En estos días en los que el otoño se está dejando notar, me viene a la memoria los guisos de mi abuela y de mis tías, guisos de cuchara, calentitos. Potajes que te levantaban el ánimo y los calores para poder ir al colegio por la tarde. Yo también los hago, bueno, los intento hacer. Mi tata me dejó dicho, que no escrito, la manera de hacerlos, pero, al día de hoy, después de muchos intentos no consigo ese punto que ellas le daban.  Recuerdo el regusto que dejaban y los añoro, y eso que en alguna época de bobería adolescente los rechazaba de plano, no quería esos guisotes. Un platito de potaje y “encima” pescaíto frito, esa era la contestación de mi tata cuando le preguntaba ¿qué hay de comer?, un menú que hoy me parece sustancioso y apetecible del que me llegan aromas e imágenes que no quisiera olvidar. 






Especialmente recuerdo la preparación minuciosa de los guisos de fiestas y celebraciones: berzas, menudo, coles, patas con garbanzos… todo el ritual antes de acercarlos a la candela sin que importara el tiempo que se empleaba en ello. Había que poner a remojo las legumbres, lavar y hervir los despojos, preparar la carne y los embutidos, quitar los hilos y picar las verduras de temporada, majar las especias con la sal y envolverlas y atarlas primorosamente en un trozo de lienzo blanco para que no se esparcieran en el cocido, en una muñequilla como así la llamaban, y a cocerse lentamente. 


¿Se sigue usando la muñequilla? No sé. Actualmente existen en el mercado unos coladores de aluminio, cerrados por los dos lados, donde se colocan las especias. Suelen tener una cadenita con un ganchito para sujetarlos al borde de las ollas, eso te permite quitarlos cuando consideres que el guiso está suficientemente aromatizado. Pero no tiene nada que ver con ese pulcro atadillo de tela que a través de sus hilos desprendía esa mixtura que le daban el sabor característico a los guisos de antaño.

Para no olvidarnos de cómo hacer la muñequilla contamos con el libro de María Luisa Ucero “Cádiz una provincia para comérsela. Recorrido por sus tradiciones culinarias” que si lo abrimos por la página 115 nos encontramos con la secuencia de cómo hacer la muñequilla. Y así, no se nos olvida.



Secuencia de cómo hacer la muñequilla para potaje en la página 115

viernes, 11 de octubre de 2019

Tras los pasos de Benito Bram


Leí en ActualidadLiteratura lo siguiente:
"Las novelas negras con ambientación local triunfan en el mercado español. Recorrer las calles de pueblos y ciudades suman un plus a la investigación de un asesinato para locales y turistas...No solamente ocurre esto con la novela de intriga, también con la novela histórica o las series de televisión, pero la minuciosidad del detalle que requiere una investigación criminal es la trama perfecta para revelar detalles arquitectónicos sin cansar al lector con las descripciones." Esto pertenece a un artículo escrito por Ana Lena Rivera Muñiz.
No puedo estar más de acuerdo porque todo lo que dice es  aplicable a las novelas del detective Benito Bram.

¿Quién es Benito Bram para seguir sus pasos?
Una de las muchas respuestas que se me ocurren es la siguiente: Benito Bram es un detective creado por José Rasero Balón protagonista de dos novelas: Áticos y vientos y La novela de Flor Parodi que nos adentra en un Cádiz menos a la vista, más cotidiano y real.

 

Para que nos demos cuenta de ello, Jesús Mayora Espada ha realizado un paseo fotográfico de La novela de Flor Parodi tan preciso como bello según palabras de Rasero Balón. Un recorrido por los lugares donde transcurre la trama. Las imágenes van acompañadas del texto que habla de ellas en el libro. Reproduzco aquí algunas, pero el reportaje completo lo podemos ver en el grupo "Amigos de Benito Bram " en facebook.

"Y el tiempo- observa el detective desde su íntimo alboroto- parece no pasar para la multitud que late como siempre en el interior de la Plaza, en la que conviven en armonía cámaras fotográficas con carritos de la compra, al igual que turistas de dispares y lejanas procedencias con personajes genuinos de Cádiz y con aquellos que andan a la busca, captura y resolución del gran enigma de cada día: qué hacer de comer" La novela de Flor Parodi


 "..El mejor de la ciudad. El café del Brim, que bebe en la calle en vaso de plástico sostenido por su borde con dos dedos..." La novela de Flor Parodi





Benito se detiene un instante y, no sin antes comprobar que la peña La Estrella se encuentra chapada, se observa en un escaparate. La novela de Flor Parodi

"El detective y la merluza irrumpen en otro templo de la gastronomía gaditana, La Marina, patrimonio etnológico de la ciudad, y las tapas y las medias raciones, que ya han tomado el relevo a los churros y chocolate, sobrevuelan su sombrero trilby sobre sinuosas y fugaces bandejas". La novela de Flor Parodi

El jeep está aparcado frente al arco de Garaicoechea, en la parte trasera del Mercado de Abastos, a donde han llegado ambos bajo el aguacero, sorteando charcos y paraguas bípedos. La novela de Flor Parodi

Y como estas muchas más que nos pueden servir como pequeña guía. 






                                                   




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